Michael Fassbender, uno de los actores más reconocidos de Hollywood, se reinventó con el tiempo. A lo largo de su carrera, se dirigió a una variedad de roles que lo han colocado en el centro de la escena internacional, desde Magneto en la saga X-Men hasta su interpretación en 12 años de esclavitud, un trabajo que le valió dos nominaciones al Oscar.
Sin embargo, cuando compartió en 2020, se alejó del cine para dedicarse a su verdadera pasión: las carreras. En una entrevista reciente, el actor irlandés alemán reflexiona sobre su gira profesional, sus preocupaciones y el renovado interés en la interpretación después de un período de jubilación.
En su nueva bolsa negra, Fassbender interpreta a un espía, un personaje que se mantiene más de un parecido con su propia experiencia.
Como explica, “no hay mejor actor que un espía. Su vida depende de su interpretación”, dice en una entrevista con Frames.
Este papel es un punto de inflexión para el actor, que decidió detener su carrera. Fassbender confiesa al hablar sobre su eliminación de cine: “Fue un sueño de la juventud, y no extrañé actuar. Necesitaba alejarme de la industria”.
El actor admite que fue un período necesario para su pozo, porque durante los años de filmación, la demanda de documentos lo llevó a sumergirse completamente en sus personajes, sin espacio para desconectarse.
Reflexione con humor: “Antes, cuando trabajé mucho, no tuve tiempo de romper. Era un actor muy método, lo que dificultaba mantener a alguien”.
Ahora dice que ha aprendido a manejar mejor el equilibrio entre su vida personal y profesional, incluso implementando una rutina de meditación y entrenamiento físico.
Además de las cámaras, Fassbender tuvo una vida llena de pasiones, y la velocidad fue uno de los que lo separó del cine durante varios años.
A lo largo de 2020, se dedicó a las carreras de autos, hasta que participó en la serie Le Mans. Con la nostalgia, recuerda esa etapa como un sueño de la juventud que finalmente pudo encontrar: “Extraño”, confiesa.
Su regreso al cine no fue inmediato, pero la pasión por la interpretación fue más fuerte. Aunque el actor permanece vinculado al mundo profesional, reanudó sus proyectos cinematográficos, con títulos como The Killer (2023) y el peor equipo del mundo (2023), así como su redada de televisión con la agencia.
El éxito de Fassbender también caminó de la mano con su vida personal. Casada con la actriz Alicia Vikander, con quien tiene dos hijos, el actor logró equilibrar la fama con una vida familiar discreta. “Es mucho más fácil de lo que parece”, dice, compartiendo su secreto: mantenerse alejado de las redes sociales.
Para él, la clave es aprovechar su tiempo con su familia sin presiones oculares públicos, un refugio necesario después de los años de intensa exposición a los medios de comunicación.
Fassbender admite que la privacidad en su relación ha sido esencial para mantener un equilibrio emocional. “Es parte de la dinámica de nuestra familia, estar allí y hacia la otra”, explica sobre el apoyo mutuo que se proporciona con Vikander.
La discreción se ha convertido en su forma de vida, incluso en los momentos más activos de sus carreras. El actor compara esta faceta de su vida con la de su carácter confidencial (bolsa negra), un espía que, a pesar de su vida de tensiones y secretos, encuentra una manera de mantener intacta su esencia.
En el transcurso de más de 20 años en la industria, Fassbender ha mantenido una relación cercana con algunos de los directores de cine más importantes.
Steven Soderbergh, Steve McQueen y Ridley Scott fueron solo algunos de los grandes cineastas con los que trabajó, y el actor no les da elogios: “Todos son maestros”, dice sobre sus colaboraciones. Sin embargo, no todo ha sido fácil en tu carrera.
Como lo reconoce, también pasó por momentos de crisis e interrogatorio existencial, un proceso que lo llevó a tomar la decisión de detenerse y reevaluar lo que realmente está enamorado.
Es en este punto de reflexión donde está ahora, con un enfoque renovado para su carrera y pasiones. Fassbender aprendió a abandonar el fervor con el que ha entregado sus primeros trabajos, y ahora se siente más equilibrado, más consciente de las dificultades y los logros personales que ha logrado.