Andrés Hurtado, conocido popularmente como 'Chibolín', se encuentra detenido preliminarmente en el penal de Lurigancho, donde enfrenta graves cargos por presuntos delitos de lavado de dinero, cohecho y tráfico de influencias. La situación jurídica del exconductor ha causado polémica entre sus seguidores, pero sus hijas mayores, Josetty y Génnesis Hurtado, permanecen en Estados Unidos y aún no han visitado a su padre. Tampoco se vio a otros familiares cercanos en prisión.
Sin embargo, el programa de investigación 'Punto Final' reveló que 'Chibolín' ha estado recibiendo visitas, aunque no de su familia inmediata. Quien estuvo en contacto con él es Dámaris Moreno Sánchez, ciudadana venezolana que se desempeña como empleada doméstica. Según el informe, esta mujer fue la única que lo visitó durante los primeros días de encierro.
Al ser interceptada por las cámaras latinas, luego de haber pasado cuatro horas en prisión, Dámaris Moreno explicó que su visita al penal de Lurigancho tenía un propósito específico: llevarle medicinas a Andrés Hurtado.
Es importante resaltar que Dámaris Moreno Sánchez fue mencionada durante los allanamientos realizados en la residencia de Andrés Hurtado en el Malecón Cisneros, en Miraflores. Cuando le preguntaron por su número de celular, se sorprendió al decir que lo había perdido 13 horas antes de la operación; Sin embargo, no presentó denuncia por robo. Esta serie de circunstancias plantearon múltiples interrogantes sobre su posible papel en este delicado caso.
Andrés Hurtado, conocido como 'Chibolín', enfrentará una pena de prisión preventiva de 18 meses, dictada por el Poder Judicial por su implicación en una serie de delitos, entre ellos tráfico de influencias, cohecho y lavado de dinero. El juez Juan Carlos Checkley, del Tribunal Superior de Instrucción Preparatoria, estableció que esta medida cautelar se extiende hasta el 18 de marzo de 2026.
El juez también destacó que Andrés Hurtado no tiene arraigo doméstico, familiar o profesional sólido. Si bien inicialmente indicó que vivía en un domicilio que consta en su documento nacional de identidad, en la audiencia aportó otro local, ambos alquilados en Miraflores. Asimismo, mencionó un domicilio en Surco, pero no presentó documentación que lo valide. Según el documento judicial, ha sido visto alojado en hoteles y clínicas, lo que contribuye a la falta de certeza sobre su residencia permanente.
Andrés Hurtado experimentó un cambio drástico en su vida al ingresar a prisión, dejando atrás el glamour y el lujo que lo caracterizaban. Acusado de tráfico de influencias y soborno pasivo, su vida ya no incluye luces brillantes ni ropa de alta costura. Los primeros días tras las rejas fueron complicados, sobre todo después de las impactantes revelaciones de Iván Siucho, que lo implicaban en una red de corrupción que involucraba a empresarios y fiscales.
Javier Llaque, titular del INPE, aseguró que no habrá un trato especial para Hurtado y que un equipo determinará el pabellón donde cumplirá 18 meses de prisión. "El trato a los presos es igual para todos", dijo a TV Perú, dejando claro que no habrá privilegios. Así, el expresentador de televisión enfrenta un entorno en el que ya no cuenta con seguridad ni personal que lo asista.
El expediente fiscal revela que Hurtado se jactaba de sus conexiones en el estado para obtener favores. Aunque declaró ingresos mensuales de entre 50.000 y 100.000 soles, las autoridades comprobaron que no tiene cuentas bancarias a su nombre ni propiedades registradas. Pese a ello, se sabe que se hospedó en el lujoso hotel Westin antes de ser arrestado.
El programa 'Beto a Saber' informó que las madres de las hijas del presentador viajaron a Perú para verlo en prisión, pero él se negó. Hasta el momento sólo ha recibido a Dámaris Moreno, lo que ha levantado sospechas.
"Dámaris Moreno es la única visitante que ha admitido Andrés Hurtado. Sus dos exesposas, madres de sus tres hijas, vinieron de Estados Unidos y no las dejó pasar, ni a Marilú Montiel ni a la abogada Patricia Martínez. No quería verlos", dijo Beto Ortiz.
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