Todo lo ocurrido este miércoles 19 de junio en el Palacio Real estuvo preparado durante días para que transcurriera según lo previsto. Salvo un pequeño detalle que no dejó indiferente a nadie, que emocionó incluso al rey Felipe VI (56 años) y a Letizia (52) y que no tardó en convertirse en la broma del día.
A punto de comenzar el banquete y tras el discurso del monarca, la Princesa Leonor (18) y la Infanta Sofía (17) se levantaron de sus asientos para participar en un momento muy especial. Parecía una sorpresa para los padres, pero la Reina pronto demostró que estaba confabulada con ellos y sabía lo que tenían preparado para la ocasión.
Fue la reina Letizia quien informó a la princesa y a la infanta cuándo debían abandonar su lugar en la mesa para ocupar el micrófono situado en el centro de la sala. Una mirada a la princesa Leonor y un "ahora" fueron suficientes para que ambos tomaran la iniciativa.
La menor de la familia se mostró un poco tímida y nerviosa, pero en complicidad con su hermana, quien había preparado en su celular el breve e inesperado discurso que fue noticia en todos los medios. Fue la reina Letizia quien utilizó uno de sus cubiertos -concretamente una cucharadita- para golpear la copa de cristal y pedir silencio en la sala. Una vez más demostró que sabía lo que estaban haciendo.
“Madre, padre, majestades. Perdón por colarme, pero hoy también tenemos algo que decir”, empezó a decir el heredero al trono, mientras las cámaras de RTVE enfocaban el rostro emocionado y sorprendido del rey Felipe VI.
Luego, fue Sofía quien reemplazó a su hermana. "Gracias por acompañarnos a recordar que en estos 10 años hemos aprendido de nuestros padres lo que significa el compromiso que tenemos los cuatro con todos los españoles", defendió mientras intercambiaban móviles y el monarca mostraba su orgullo y emoción al esta sorpresa. De hecho, estuvo a punto de llorar.
Leonor retomó el mensaje para invitar a los más de 100 comensales a sumarse al brindis: "Por nuestra madre y nuestro padre, por nuestros reyes. Desde que nacimos hemos aprendido el valor de esta institución, su utilidad para nuestra sociedad". y su propósito de servir a todos". Como broche final, la infanta concluyó su discurso con un "Mami, papá, gracias".
Al monarca le resultó casi imposible ocultar sus sentimientos. Mientras levantaba su copa para brindar, le guiñó un ojo a sus hijas, ubicadas justo frente a él, pero al otro lado de la mesa. “Para besarme tienes que dar toda la vuelta a la mesa. Mejor así”, dijo, mientras la sala no podía evitar reírse en ese momento. Fue entonces cuando les lanzó un beso con la mano, justo antes de saludar a su madre.
Finalmente, rodearon la mesa para estar más cerca de su padre bajo la atenta mirada de los presentes. Las hermanas se separaron nuevamente y cada una regresó a su lugar. "Estad atentos al brindis, porque algo va a pasar", advirtió la Casa Real a los medios reunidos en el Palacio Real.
Fue un discurso sencillo pero conmovedor con el que lograron crear un momento único en una fecha tan especial. También demostraron una vez más la complicidad que existe entre las hermanas y lo unidas que están. Fue una sorpresa dirigida especialmente a Felipe VI, que parecía ser el único que no sabía lo que iba a pasar.