Como sucede con la mayoría de las familias argentinas en esta época del año, las vacaciones terminan y comienza una etapa llena de horarios, rutinas y responsabilidades: el regreso a clases. Y en la casa que formó Juana Repetto con su pareja Sebastián Graviotto y sus hijos Toribio y Belisario, y ante la ausencia de su pareja Sebastián Graviotto, la hija de Reina Reech no fue la excepción y en las últimas horas se la pudo ver en su redes sociales, desde el armado de la mochila y materiales hasta el uniforme completo que vistieron los niños más grandes para iniciar clases.
"Feliz comienzo, amor de mi vida. 2do grado, ¿en qué momento?", escribió Juana junto a la foto de Toribio vestido con uniforme y mochila en mano para iniciar un nuevo ciclo escolar. En otras fotografías que publicó se puede ver a Belisario muy cerca de su hermano menor. "Siempre estaremos ahí para acompañarte… nunca te sueltes", escribió Juana como expresión de deseo. Y en una tercera imagen de los pequeños juntos agregó: "Y muy de cerca, ¿no Beli?".
Sin embargo, este grato momento fue eclipsado por algunos seguidores, quienes hicieron sugerencias sobre el aspecto de su hijo. En una práctica repudiable que en el caso del cuento de Juana ya se ha convertido en un clásico, surgieron las críticas. Fue la propia actriz e influencer quien expuso el comentario que recibió en privado en Instagram y respondió contundentemente. Para ello, subió una captura de pantalla del chat en la que se lee que un usuario le escribió: "¿No se te ocurrió lustrarte los zapatos?". Y sobre la imagen, Juana escribió irónicamente: "No podía faltar el clásico de cada año".
No es la primera vez que la influencer recibe este tipo de comentarios por parte de su audiencia, pues años atrás señalaron que el niño empezó clases con zapatillas sucias. En su momento, grabó un video con la bebé para responder a quienes la juzgaron. "Mira…" le dijo a la cámara y mostró sus zapatillas blancas. "¿Qué?", preguntó el niño que quedó al margen de la polémica. "Limpié mis zapatillas, ¿no te diste cuenta? ¿Ayer sufriste mucho porque te envié con zapatillas sucias? Sorprendido, el hijo mayor respondió: "No sufrí nada". Entre risas, Juana finalizó el momento con un abrazo: "¡Ah! Obvio. Te amo.” Como para cerrar el tema, compartió una reflexión a través de diferentes historias. “¡Dios! La #puertade las zapatillas. Los comentarios los leí en los reportajes de los portales que subieron: 'Porque los compañeros tienen que olerlo'; 'Es tu responsabilidad como madre mantenerlo limpio'; 'Si no te importa que tus zapatillas estén sucias, ¿por qué las limpiaste?'; y otras cuestiones así", dijo al principio.
"La realidad es esta: fui a buscar las zapatillas que hacía dos meses que no usaba y se veían así. Le di a elegir entre esos y otros, que eran más o menos iguales, y él los quería. Realmente NO ME PREOCUPO – destacó en mayúsculas – que los zapatos estén embarrados. Sinceramente me los puse y ni me di cuenta", aclaró. Y agregó: "Cuando veo el aluvión de mensajes que me hacen notar, le di un pañuelo que no me costó nada y lo limpié. “El borrador un poco. Todavía están 'sucios' porque están MANCHADOS, la tela se manchó con barniz y no se quita, pero a ella le gustan y le quedan perfectos”.
"LOS VA A USAR ASÍ. No considero que sus zapatillas de deporte definan NADA sobre él ni sobre su higiene ni sobre mí como madre. Sólo porque la goma de sus zapatos esté embarrada no significa que esté sucio y mucho menos que huela mal. Se ducha todos los días. Bah, algunos del fin de semana tal vez no y eso no quiere decir que huelan nada", dijo con humor. También reveló otro detalle: "Y los calcetines eran peores, literalmente con tres agujeros cada uno. Los guardé en una bola “Lavadas, blancas impecables, y cuando las abrí, todas tenían agujeros. Bueno, eran las únicas blancas, él quería usarlas y NO ME IMPORTÓ.”