Britney Spears reveló en sus nuevas memorias, The Woman in Me, que aceptó su polémica tutela durante casi 14 años, por un único y emotivo motivo: "Lo hice por mis hijos", confiesa la cantante en el trabajo que llega a las tiendas. este Martes.
Spears tiene dos hijos, Jayden y Sean Preston, con su exmarido Kevin Federline. El artista perdió temporalmente la custodia en 2007 después de divorciarse y enfrentar problemas de salud mental. Un año después, el juez de California estableció un fideicomiso que controla su vida y sus finanzas, encabezado por su padre, Jamie Spears. En su libro, Britney sostiene que cumplir con este acuerdo legal le permitió regresar con sus hijos. La tutela terminó regulando todos los aspectos de su vida, incluidas su carrera, su dieta y sus decisiones sobre control de la natalidad, e incluso se le prohibió consumir café.
"Gracias a que seguí las reglas, me reuní con mis hijos", escribe Spears en su autobiografía, donde también recuerda que le rogó al juez que "alguien más" la cuidara en lugar de su padre.
"Aunque le rogué al tribunal que nombrara literalmente a cualquier otra persona, mi padre consiguió el trabajo".
Finalmente, después de años de que Britney describiera sentirse "un robot", en 2021 logró su libertad, gracias en gran parte al movimiento "#FreeBritney" iniciado por sus seguidores. En su libro, Britney reflexionó sobre el significado de ser libre y cómo gracias a ello alcanzó una gran felicidad.
"Libertad significa ser tonto y divertido y divertirse en las redes sociales… poder cometer errores y aprender de ellos… No tener que actuar para nadie. Sea tan bellamente imperfecto como todos los demás. Y tengo la capacidad y el derecho de buscar la felicidad, a mi manera".
Sin embargo, Spears insinúa que la tutela era necesaria (al menos sobre el papel). La obsesión de los paparazzi por su vida privada, sumada a la depresión que desarrolló durante su embarazo, la convirtieron en una bomba de tiempo. Ahora, en su libro, Spears pide a las madres que viven una situación similar que cuiden su salud mental, tanto por su propio bien como el de sus hijos.
"Desafortunadamente, entonces no se hablaba de salud mental como se habla ahora", escribe Spears. "Espero que cualquier mamá primeriza que lea esto y esté pasando por un momento difícil busque ayuda pronto".
El medio de noticias CBS contactó a la psiquiatra Jessi Gold, quien afirmó que la depresión posparto que experimentó Britney estaba relacionada con "lo que significa ser madre, lo que significa ser mujer, lo que significa tener problemas para conectarse con algo con lo que "tú debería estar muy, muy conectado", comparte Gold. "Creo que se agravaría si la gente dijera cosas negativas sobre ti y no supieras cómo procesarlas porque tu cerebro ya es negativo".
Britney terminó desmayándose en ese infame momento en el que se afeitó la cabeza. "Estaba atrapado. Como siempre, estos hombres me perseguían esperando que hiciera algo que pudieran fotografiar. Esa noche les di material, afeitarme la cabeza era una forma de decirle al mundo: vete a la mierda", describe en sus memorias. Después de darles a los paparazzi lo que querían, comenzó la tutela y, si bien parecía la mejor opción, hizo que Spears viera su amor por la música como una broma de mal gusto.
"Bajo tutela me hicieron entender que esos días habían terminado. Tuve que dejar que mi cabello creciera y volviera a estar en forma. Tenía que acostarme temprano y tomar cualquier medicamento que me mandaran… En cuanto a mi pasión por el canto y el baile, en ese momento era casi una broma".